La HACIENDA BETANIA es un espléndido lugar al que por ahora hemos ido en dos ocasiones. Es de aquellos sitios a los que, cuando se les conoce, generan la necesidad y el deseo de volver. A la Hacienda Betania se accede por una de las carreteras más lindas que hay en la Sabana de Bogotá, lo cual representa un importante atractivo para quien busca una agradable experiencia. La Hacienda Betania está cerca de Guasca, (de su forma de llegar nos ocuparemos al final), y para quien conoce esa zona le es muy fácil imaginar la belleza del lugar, a lo cual se le suma el que está cerca del embalse de Tominé, de la Laguna de Guatavita y de otros varios sitios de inigualable belleza. En Tominé se pueden realizar paseos en lancha y cabalgatas, así como en la hacienda es posible una gran variedad de caminatas por una naturaleza cuya belleza va más allá de nuestras capacidades descriptivas.

La Hacienda Betania esencialmente es un hotel, con un destacado restaurante. En esta crítica no nos referiremos al hotel en sí, porque aún no hemos tenido la ocasión o la oportunidad de quedarnos a dormir, pero lo que si les adelantamos es que tienen unas habitaciones sumamente acogedoras y sugerentes, y como ya conocemos el servicio del restaurante es fácil imaginar lo que será el servicio en el hotel, así que esperamos tener muy pronto la posibilidad de reservar allí un feliz fin de semana.

El restaurante de la Hacienda Betania tiene distintos ambientes para que uno pueda elegir, y están además situados a diferentes niveles. Nosotros nos decidimos por un quiosco cubierto, donde tienen unos inmensos ventanales que dan sobre las terrazas del hotel y por supuesto sobre la Sabana de Bogotá. En el interior de la casa tienen otros restaurantes más formales y elegantes, y en la terraza igualmente hay mesas.

Para comenzar pedimos unas ginebras y unos whiskies que nos acompañaron con unas pataconas de la Casa con hogo, que a todos les recomendamos por lo bien preparadas y presentadas. A continuación pedimos algo que, si no fuera un lugar tan precioso como lo es y si no tuviera tampoco los atractivos de la región, aún y así justificaría el viaje: son las carnes de la Hacienda Betania!!!

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Muy pocos restaurantes en la ciudad de Bogotá y sus alrededores pueden ofrecer una carne como la del ya famoso plato "Juliano" de la Hacienda Betania. Lo primero que debemos alabar es la calidad misma de la carne, que enseguida sugiere que el cuchillo no es realmente indispensable, pero naturalmente lo más importante y destacable de este plato es su salsa cremosa al brandy. Probar una carne como esta es realmente acercarse al sumun de la perfección, y desde estas líneas felicitamos a su chef y propietaria, doña Berta López Martínez por este inigualable logro. Doña Berta es una persona muy especial a quien vale la pena de conocer y conversar un rato con ella por lo mucho que se puede aprender de ella y por lo encantadora que es. Doña Berta es la persona a quien todos le debemos este maravilloso lugar que ha creado desde el más tierno comienzo. Y por supuesto Juliano es una de sus muy felices creaciones gastronómicas, y nos faltaba aclarar que Juliano es un Baby Beef. Pero los mismos honores los comparte otro de los suculentos platos de doña Berta, la "Zarzuela", que son unas puntas de lomito al wok, con espinacas frescas, jenjibre y salsa de ostras. Cualquiera de estos dos platos representará para usted una experiencia gastronómica que nunca conseguirá olvidar y que siempre deseará repetir. Se sirven con acompañamientos que uno puede escoger entre unas cuantas opciones que presentan. La carta del restaurante tiene la cantidad de platos que solo suelen tener los buenos restaurantes y que demuestra que solo sirven y proponen aquellos platos en los que no tienen competencia. Hay otras dos carnes distintas que aún no hemos probado, y tienen también propuestas en cerdo, pollo, ternera e incluso pescado y langostinos. La carta de vinos, así como la propuesta de licores no son en forma alguna excesivas, pero se pueden encontrar vinos y licores buenos, a excelentes precios.

Todo lo anterior perdería brillo si hubiera en la Hacienda Betania un mal servicio. Pero no es ese el caso en absoluto. Anita es la niña más encantadora, profesional, conocedora, linda y eficiente que los atenderá de forma que queden preocupados de poder volver lo antes posible. El servicio gracias a Anita es amable y muy profesional. Es un servicio preocupado por darle gusto de verdad a cada comensal, hasta en los más mínimos detalles. Se capta que hay allí alguien preocupado de que uno tenga una feliz experiencia a todo nivel, y cuando uno los conoce un poquito se da cuenta de que quien tiene esa maravillosa preocupación son esas dos personas:  doña Berta y Anita.

Una última anotación pero no por ello menos importante: los precios son todo un alivio, no importa el whisky y vinos que consuma, lo agradable de este lugar no se detiene en la calidad gastronómica ni en el servicio, ni tampoco en la belleza de los paisajes, sino que abarca también los precios, que son super-agradables. Recibir la cuenta en la Hacienda Betania es un verdadero placer.

IMPORTANTE: Hagan con tiempo reserva de su mesa o de sus habitaciones a los teléfonos (091) 850-4987 • Celulares: 315 358 9877 & 315 898 2829 porque ya es mucha la gente que ha descubierto la Hacienda Betania, y hay días en los que concurren demasiados comensales. Cuando nosotros estuvimos había por ejemplo diecisiete personas en uno de los salones, y en los otros comedores había en cada uno varias mesas llenas. No pudimos contar la cantidad de automóviles pero si tuvimos alguna dificultad para poder parquear. El caso es que Anita vino muy preocupada a nuestra mesa a excusarse de que tenían que servir diecisiete almuerzos en ese instante y que por esa razón nuestra entrada iba a tardar un poquito, y en efecto nuestra entrada tardó cerca de 4 minutos en llegarnos......